Aquieta tu mente.
Reflexiona. Observa.
Buda no predica ninguna creencia: que creas en Dios, en el cielo o en el infierno. Todo su empeño está en crear un espacio de silencio en tu interior. Ya estás lleno de conocimientos, más de los que necesitas. Necesitas más inocencia, semejante a la de un niño pequeño. Necesitas más curiosidad, más capacidad de asombro y más claridad. Todo ello te llegará cuando tu mente esté en silencio. Con la mente en silencio estás en comunión con la existencia; con una mente ruidosa quedas desconectado de ella. Tu propio ruido funciona como un muro a tu alrededor. El silencio es el puente, los conocimientos, el ruido, son la barrera. Cuando más sepas, estarás más adoctrinado, más lleno de basura, de porquería.
Necesitas un ser espacioso en tu interior, completamente vacío; tan vacío que ni tú estés allí; tan silencioso que hasta la idea del «Yo» ha desaparecido.