
La existencia es tristeza.
Compréndelo, y ve más allá de la aflicción.
Ese es el camino de la luminosidad.
Mira al mundo como un sueño: fluctuante, cambiante, nuevo en cada momento. Disfrútalo, goza de su novedad, deléitate con todas las sorpresas que brinda. Es maravilloso que sea cambiante, no hay nada malo en ello, únicamente no te apegues a él. ¿Por qué te aferras?